The key findings have directed us to articulate the grounding principles of our participatory practice as a feminist fund. These values have always existed, but they are now solidified as part of the structure and principles under which this model operates. In this section, we reflect on the structure that holds those values and allow them to express themselves and shape this process. We share here FRIDA’s principles of participation such as transparency, accountability, intersectionality, shared accountability and how it manifest in our gratnmaking process.
Índice
- El comienzo del trayecto de FRIDA para crear una práctica de subvención participativa
- Enraizando nuestra práctica en valores y principios feministas
- Lo que esperamos manifestar a través de una práctica de subvención participativa
- Construyendo el acceso y las condiciones de participación en nuestros procesos
- La interseccionalidad como la base que nos guía en los procesos de subvención participativa
- Practicando la solidaridad y la responsabilidad feminista
- La confianza como resultado, no como suposición
- La participación significativa refuerza la conexión dentro del movimiento
- Manteniendo el espacio para las complejidades de la conexión
- Los procesos participativos son creados por y para las comunidades a las que sirven
- Aprendiendo en conjunto e informando a los movimientos feministas jóvenes
- El proceso lleva el impacto
- Sistemas y prácticas sostenibles
The beginning of FRIDA's participatory
grantmaking journey
FRIDA | El fondo de Jóvenes Feministas surgió de la visión colectiva de activistas feministas de todas las generaciones y de todo el mundo que comprendieron la importancia de un fondo que centrara su misión en la experiencia, los conocimientos y las necesidades de les jóvenes organizadores feministas.
FRIDA existe hoy gracias al poder que tienen les organizadores feministas de soñar posibilidades y transformarlas en realidad a través de la visión y la acción colectivas. La formación de un fondo feminista joven como FRIDA como una solución del movimiento muestra lo que es posible cuando los movimientos feministas tienen los recursos para liderar, soñar y decidir a lo largo de los muchos caminos posibles hacia la liberación y la justicia.
Desde el principio, quisimos que nuestras prácticas de financiación alimentaran la sostenibilidad de la vida y la vitalidad de los movimientos feministas. Cuando desarrollamos nuestro proceso de concesión de subvenciones, buscamos herramientas y prácticas que ya estuvieran presentes en los movimientos feministas. Los procesos de toma de decisiones informados y dirigidos por la comunidad siempre han existido en los movimientos por justicia social y en la organización comunitaria, y han sido reformados y refinados por generaciones de organizadores que desafían los enfoques de poder y centran la visión de quienes son afectades por las decisiones.
Para sacar el máximo provecho de la limitada financiación1En la actualidad, sólo el 2% de toda la financiación dedicada a la igualdad de género se destina a la organización de las mujeres y de las personas LBTQI+, lo que deja a los principales impulsores del cambio radical con una enorme falta de financiación. Regar las hojas, matar de hambre las raíces, les organizadores feministas también han tenido que idear continuamente nuevas formas de perseverar, incluyendo la creación de flujos de recursos alternativos a través de la ayuda mutua, las economías solidarias y la acción directa. Esta organización autónoma ha revelado todas las formas en las que nuestras relaciones y conexiones alquimizan la abundancia. La capacidad de reunirnos y co-crear redes feministas de apoyo es nuestro recurso más valioso que sostiene nuestro activismo. Estas herramientas y prácticas de organización feminista nos enseñaron que les activistas feministas necesitan mecanismos de financiación que sean receptivos a la diversidad de la organización feminista y que se construyan con el propósito de dotar de recursos a la conexión del movimiento. Estaba claro que esto requeriría un enfoque diferente de la filantropía tradicional de arriba hacia abajo. Por lo tanto, los movimientos feministas crearon su propio mecanismo de financiación que apoyaría la conexión, la agencia y la autonomía de los movimientos feministas dentro del ecosistema del movimiento feminista.
Sabemos que "la revolución no será financiada" y que la financiación no es lo que hace que los movimientos sociales persistan en su lucha por la justicia, la libertad y la liberación. Aun así, la opresión cuenta con muchos recursos y los sistemas capitalistas extractivos se sustentan y prosperan en las desigualdades, imponiendo también barreras económicas para vivir con dignidad, seguridad y justicia y agotando las capacidades y recursos de los movimientos. Para que los movimientos autónomos y con recursos propios prosperen, tenemos que luchar contra esos sistemas y transformar la forma en que pensamos y distribuimos los recursos; tenemos que seguir aprovechando los recursos que permiten a los movimientos feministas organizarse, resistir y avanzar hacia el futuro feminista que estamos soñando. Los recursos financieros son necesarios para proteger la seguridad y el bienestar de les organizadores feministas en entornos volátiles que pueden cambiar de la noche a la mañana. Sin embargo, esos recursos también deben estar en consonancia con las necesidades, los intereses y las vidas de los movimientos, y desvincularse de los enfoques de financiación verticalistas. La forma en que los donantes distribuyen los recursos, y no sólo los recursos en sí, puede acercar a los movimientos feministas entre sí, o profundizar los silos que tradicionalmente se construyen a través de las agendas e intereses impulsados por los donantes. Les organizadores feministas necesitan recursos que sean lo suficientemente flexibles para moverse con ellos; cambiar de dirección cuando lo necesiten y apoyar todas las diversas estrategias que acompañan sus visiones de cambio transformador. Los recursos financieros tampoco serán tan eficaces si se aíslan de otros medios de apoyo no financieros; por lo que debemos financiar de forma audaz, diversa y creativa, y que permita fortalecer las conexiones del movimiento en el proceso.
Como fondo autodirigido creado por y para jóvenes activistas feministas, FRIDA está en sintonía con las necesidades de financiación de les jóvenes organizadores feministas para apoyar de forma holística su sostenibilidad y bienestar. Para alinear nuestras estrategias con este compromiso, creamos un modelo de concesión de subvenciones que refleja los valores feministas de solidaridad y responsabilidad, intercambio y conexiones solidarias. Tenemos el compromiso de co-crear y adaptar continuamente sistemas y prácticas que reflejen estos valores.
Así también, como donantesfeministas, a menudo reflejamos las soluciones emergentes del movimiento feminista en nuestras prácticas y estrategias. La oportunidad de aprender de las activistas feministas de la Asociación para los Derechos de las Mujeres en Desarrollo (AWID) y de otros fondos feministas ha sido fundamental para el crecimiento de FRIDA. FRIDA adoptó su primer modelo de subvención participativa del Fondo Centroamericano de Mujeres. y ese enfoque participativo ha sido una parte integral de la práctica de financiación de FRIDA desde el principio. La práctica de concesión de subvenciones de FRIDA ha cambiado significativamente en respuesta a las necesidades de un proceso participativo global de toma de decisiones, multilingüe y multi-temático, pero los valores y principios feministas que lo sustentan no han cambiado, sino que se han reforzado.
Enraizando nuestra práctica en
valores y principios feministas
Para transformar, soñar e imaginar alternativas a las prácticas tradicionales de financiación, tenemos que nombrar esas alternativas, vivirlas y encarnarlas como prácticas cotidianas dentro de FRIDA . Es posible que la filantropía global no tenga una interpretación compartida de cómo debería ser la participación de la comunidad en un proceso de toma de decisiones participativo, y muchos donantespodrían dudar en definirlo en absoluto para evitar limitar su potencial a sólo lo que podemos imaginar en este momento. Sin embargo, aunque dejemos este concepto abierto al crecimiento, la reflexión y el cambio, también debemos reconocer que la falta de claridad y transparencia en nuestros procesos puede llevarnos, como donantes, a aferrarnos al poder sobre las comunidades a las que debemos apoyar. Cuando los acuerdos y las definiciones en torno a los valores fundamentales de las estrategias de subvención participativa son vagos o imprecisos, los donantes siguen decidiendo en gran medida a quién se invita a participar en qué procesos organizativos, en qué fase y en qué tipo de condiciones.
Sin una profunda comprensión de la ética de la participación, y de cómo los privilegios y la opresión conforman nuestras realidades y nuestras propias relaciones de poder como donantes, los procesos participativos pueden convertirse en algo más bien óptico, sin incorporar un verdadero poder de decisión en las comunidades implicadas. Esto puede llevar a les activistas a desconfiar de los procesos participativos dirigidos por los donantes y, en lugar de unir a les organizadores, puede causar potencialmente una mayor exclusión de las comunidades, fricciones en los movimientos de justicia social y la perpetuación del daño hacia aquellos cuya experiencia debería amplificar y proteger estos procesos.
El proceso participativo de concesión de subvenciones de FRIDA ha estado construyendo simultánea y continuamente nuevos sistemas e integrando los aprendizajes de cada ciclo de concesión de subvenciones. En este movimiento constante, algunos principios y valores esenciales de nuestros procesos podrían haberse pasado por alto. Reconocemos que para adoptar plenamente un enfoque de concesión de subvenciones dirigido por el movimiento, que sea flexible, creativo y reflexivo, necesitamos articular las directrices que utilizamos para reflejar las prácticas, los valores y los principios feministas a los que aspiramos en nuestro trabajo.
Para satisfacer esa necesidad, este informe articula los principios que nos guiarán a través de todas las posibilidades de un proceso participativo feminista de concesión de subvenciones, y nos ayudarán a reflexionar sobre dónde estamos, dónde soñamos estar y qué necesitamos practicar en nuestro camino.
A medida que estos principios feministas de participación se amplían y remodelan con nuevos aprendizajes y experiencias a lo largo del tiempo, estamos fundamentando nuestra práctica en los siguientes compromisos:
- Jóvenes activistas feministas del Sur y el Este del mundo codiseñan y dirigen la estrategia de concesión de subvenciones de FRIDA, el proceso de concesión de subvenciones y la distribución de recursos; son parte del personal, la Junta Directiva y el Comité Asesor, así como las colectivas coparte y la comunidad feminista joven en general.
- El modelo participativo de concesión de subvenciones de FRIDA siempre evolucionará para reflejar los principios feministas de interseccionalidad, el desarrollo de solidaridad e intercambio.
- El modelo fomenta la responsabilidad practicada dentro de los espacios del movimiento feminista jóven, así como la responsabilidad de FRIDA hacia dichos movimientos.
- El enfoque de FRIDA para la concesión de subvenciones se basa en la confianza y el apoyo al bienestar integral de los movimientos feministas jóvenes.
- El enfoque participativo de FRIDA es un universo en constante expansión que reflexiona, evoluciona y explora nuevas formas de trabajar juntes, que se comprometen con las contradicciones y crean las condiciones necesarias para que surjan las conexiones.
- FRIDA examina su propio poder y posición en relación a los movimientos feministas y se compromete a encarnar prácticas descolonizadas de distribución de recursos.
- FRIDA aprende con la comunidad e informa a la comunidad. La presencia, los comentarios y las orientaciones de les jóvenes feministas se integran en los procesos de toma de decisiones finales en toda la organización.
- FRIDA comprometerá recursos y conocimientos para cocrear y mantener una estructura que dé cabida al conflicto generativo y amplíe el acceso y la capacidad de participación.
- FRIDA se compromete a ampliar sus modelos de apoyo, al mismo tiempo que examina su propia capacidad para garantizar la sostenibilidad de dichos modelos.
- FRIDA será un espacio para soñar con valentía sobre lo que es posible. Exploramos los diferentes enfoques de las prácticas participativas, con el reconocimiento de que no siempre pueden funcionar. Somos responsables de los errores que descubren nuevos aprendizajes y enfoques, así como de reparar esos errores.
Lo que esperamos manifestar a través de una práctica de subvención participativa
El modelo de concesión de subvenciones de FRIDA apoya y ayuda crecer el poder y el liderazgo colectivos de les jóvenes organizadores feministas para que tomen decisiones sobre las políticas de distribución de la financiación, para que se doten de recursos para el activismo, la sostenibilidad y la resiliencia, y para que aprendan e intercambien conocimientos, para que establezcan conexiones y den testimonio de su trabajo como parte de movimientos feministas más amplios. A través de este proceso, les jóvenes feministas toman y guían las decisiones sobre las estrategias feministas que deben priorizarse en sus contextos y personalizan los criterios, la metodología y los principios del modelo de concesión de subvenciones. Al mismo tiempo, el proceso participativo de concesión de subvenciones es un importante mecanismo de aprendizaje para FRIDA, que dirige otros aspectos de nuestro trabajo2 Resource Mobilization Policy, Strategic Plan, MEL Framework, Conflict of Interest Policy, Safeguarding Policy etc. y alinea nuestras estrategias con las prioridades del movimiento feminista joven.
Lo que esperamos desafiar y cambiar con una visión participativa del mundo
El capitalismo neoliberal se nutre de estructuras de poder que mantienen la toma de decisiones en manos de quienes tienen privilegios, acceso y riqueza. Estos sistemas siguen aumentando su dominio, perpetuando la exclusión, desconexión y marginación de las comunidades, manteniendo a las personas al margen de los procesos de toma de decisiones que afectan a su vida, su bienestar y la tierra que habitan. Estos enfoques de poder se dan dentro de la filantropía y las donaciones institucionales, ya que las instituciones que conceden subvenciones tienen poder sobre la distribución de los recursos, las narrativas y agendas que su financiación impone.
Reconocemos que, como institución filantrópica, FRIDA también participa en un complejo industrial sin ánimo de lucro más amplio. Abrir nuestros procesos organizativos y de financiación a la participación de la comunidad es una responsabilidad que, como fondo feminista, asumimos ante les jóvenes organizadores feministas a les que servimos, y ante los valores que nos esforzamos por poner en práctica. FRIDA se compromete a cambiar el paradigma de la financiación estableciendo enfoques de concesión de subvenciones que descentralicen su poder sobre las prioridades de financiación y eleven el poder del conocimiento y las soluciones del movimiento. Queremos amplificar las prácticas que tienen el potencial de dotar de recursos a los movimientos feministas interseccionales que abundan en relaciones de responsabilidad, cuidado, mutualidad, poder colectivo y solidaridad. La participación significa estar en interacción y co-creación con toda la vida que nos rodea. Es el principio con el que nos comprometemos a crear futuros feministas en conjunto con los movimientos feministas jóvenes.
Hay muchas formas de practicar la participación
Independientemente de cómo cambie el modelo de concesión de subvenciones de FRIDA en el futuro, estamos comprometides con una práctica participativa feminista interseccional y con la exploración de nuevas formas para que les jóvenes activistas feministas se conecten y participen en todos los procesos institucionales de FRIDA, más allá de la concesión de subvenciones. Sin embargo, eso no significa que todo el mundo tenga que dedicar siempre tiempo a participar en todos los procesos de toma de decisiones. La participación no sólo es esencial durante la toma de decisiones finales, sino también durante la cocreación de los procesos. También utilizamos las prácticas participativas feministas en FRIDA para ayudarnos a ir más allá de los conceptos y las filosofías de la participación; y pasar a la acción clara y a la práctica encarnada. Las visiones feministas jóvenes están integradas en los procesos de FRIDA para que los aportes de la comunidad sean siempre el motor de nuestras decisiones.
También involucramos a jóvenes activistas feministas de las comunidades de las copartes, les asesores y el personal en los procesos de creación de conocimientos y de toma de decisiones sobre la gobernanza, la planificación estratégica y la movilización de recursos, lo que hace que FRIDA sea responsable ante la comunidad a la que apoya.
Los procesos participativos pueden ser complejos
La participación es una forma orgánica de conectar e interactuar con las demás personas, el planeta y toda la vida que nos rodea. Nos reunimos en una comunidad, construimos relaciones de seguridad y pertenencia y co-creamos y sostenemos la vida y las prácticas a través de la interconexión y la participación. Sin embargo, los sistemas de opresión interconectados mantienen la exclusión social al dar a los que tienen el poder la capacidad de determinar quién tiene derecho a participar en qué tipo de procesos. Las causas fundamentales de las desigualdades están profundamente arraigadas en nuestras comunidades a nivel sistémico, estructural e interpersonal. Esos sistemas de opresión afectan a la forma en que pensamos, soñamos y nos mantenemos en comunidad unos con otros. Así como estamos interconectadas a través de redes de solidaridad en los movimientos feministas, también lo están las redes de opresión que nos rodean y que tratamos de desmantelar. No idealizamos el significado de la participación ni subestimamos el poder que tiene tanto en las prácticas que afirman la vida como en las que la perjudican. Los procesos participativos pueden perpetuar el daño cuando carecen de conceptos de responsabilidad, transparencia, equidad y justicia en su núcleo. Reconocemos que debe haber una estructura reflexiva basada en la interseccionalidad, los análisis contextuales y la capacidad de mantener las complejidades para facilitar la participación y las conexiones auténticas. FRIDA se compromete a invertir tiempo, recursos y conocimientos para re-imaginar y construir continuamente la estructura que sostiene nuestro proceso participativo de concesión de subvenciones y para analizar los matices de cómo opera el poder en él.
Los procesos participativos de toma de decisiones reflexionan sobre el poder en todas sus formas
Los procesos participativos de concesión de subvenciones por sí solos no subvierten ni desafían las dinámicas de poder y las desigualdades fundamentales en las relaciones entre donantes y beneficiarios. Incluso en FRIDA, donde les jóvenes activistas feministas de las regiones a las que financiamos, tienen poder de decisión en nuestra estructura organizativa y de gobernanza3Jóvenes activistas feministas forman parte del personal, el consejo y el comité asesor de FRIDA, también tenemos que reflexionar sobre nuestra posición y poder como financiadora feminista en relación con los movimientos feministas jóvenes. Reflexionamos sobre las formas de poder que tienen les jóvenes feministas dentro del órgano de gobernanza de FRIDA y su potencial transformador para co-crear prácticas que nos acerquen a futuros liberadores. Al mismo tiempo, tenemos que relacionarnos con este poder de una manera que no perpetúe los sistemas de opresión internalizados que nos desvían de nuestra misión. FRIDA tiene que considerar cómo practicamos el poder en la forma en que construimos nuestros sistemas de apoyo y programas, cómo estructuramos los requisitos de presentación de informes, cómo reclutamos al personal, a la junta directiva y a los miembros asesores, cómo creamos confianza y acceso para que las colectivas coparte busquen apoyo, etc.
La intención de la estructura de gobernanza participativa y de todo el trabajo programático de FRIDA es descentralizar el poder sobre las diferentes decisiones y garantizar que se tenga en cuenta una diversidad de perspectivas y experiencias. Dado que pretendemos apoyar los hilos de conexión feminista entre generaciones, movimientos y geografías, buscamos intercambios, aprendizajes y prácticas que pongan en manifiesto las desigualdades de poder que existen en nuestro trabajo, de dónde provienen esas desigualdades y qué intentan sostener. FRIDA tiene la responsabilidad de examinar las dinámicas de poder que dan forma a sus procesos, y de canalizar el poder de manera que se construya el poder colectivo con los movimientos feministas jóvenes. En lugar de tener el poder de decidir cómo se distribuyen los recursos, FRIDA puede utilizar ese poder y acceso para co-diseñar y facilitar una práctica de concesión de subvenciones participativa y responsable que transforme el potencial de los recursos.
Las prácticas participativas prosperan dentro de una estructura intencional y flexible
Como fondo feminista, cuando creamos un espacio para que las comunidades feministas jóvenes participen en la concesión de subvenciones, la gobernanza y la cocreación de estrategias, tenemos que examinar cada rincón de nuestro modelo participativo para identificar sus retos y limitaciones. Los procesos participativos liderados por la comunidad requieren una profunda comprensión de las condiciones necesarias para que la participación y el compromiso de la comunidad sean significativos. FRIDA se compromete a mantener una estructura intencional que pueda facilitar la toma de decisiones dirigida por el movimiento feminista joven en un espacio en línea y alimentar las conexiones y la solidaridad, así como abordar las complejidades de estos procesos. La estructura detrás del modelo participativo de concesión de subvenciones de FRIDA conecta todas las piezas de este proceso4 Explicado en detalle en el capítulo sobre el modelo de financiamiento participativo de FRIDA en un modelo holístico de toma de decisiones participativa y permite que cada parte informe e interactúe con les demás. La intención no es imponer una estructura rígida que limite la conexión orgánica, sino permitir la flexibilidad, la adaptabilidad y el cambio en cualquier fase guiados por principios y valores preestablecidos.
Construyendo el acceso y las condiciones de participación en nuestros procesos.
En el contexto de la filantropía, los procesos participativos de toma de decisiones pueden ser una práctica transformadora, pero también pueden fomentar las desigualdades, la desconfianza y la desconexión si no se abordan las condiciones para la participación activa de les involucrades. Los procesos de toma de decisiones de la comunidad no sólo requieren la voluntad y el tiempo de las personas que participan en ellos, sino también un sistema de apoyo intencionado para fomentar su participación activa. Las comunidades se presentan al proceso participativo con todas las partes de su realidad, experiencias, historias y antecedentes, todos ellos complejos, matizados y diversos. La participación en un proceso facilitado por un donante podría imponer barreras a algunes participantes si los sistemas de concesión de subvenciones no se han diseñado con intención y con comprensión sobre el apoyo y las condiciones necesarias para que participen. Si un financiador diseña sus procesos de concesión de subvenciones participativas sin tener en cuenta las desventajas preexistentes a las que se enfrentan algunas comunidades, les participantes de esas comunidades pueden sentirse decepcionades y decidir no participar en el futuro; Pueden sentir que su participación no importa, o incluso cuestionar si deben formar parte de las decisiones. A menudo son las comunidades más afectadas las que se quedan fuera de los procesos de toma de decisiones que les conciernen. Los requisitos inalcanzables les piden que movilicen una cantidad desigual de sus recursos internos para presentarse y participar en un proceso que no reconoce su experiencia - las barreras incluyen el idioma y el acceso a Internet, los complejos formularios de solicitud y procesos de selección, los documentos administrativos y financieros, etc.
Aprender a comprometerse con las complejidades de las metodologías de toma de decisiones participativas requiere su propia preparación y ritmo. Como donantes participativos, necesitamos honrar estas prácticas con flexibilidad, adaptabilidad y tiempo. Es importante que los donantes se reserven el tiempo necesario para abordar los retos de su modelo de financiación y construir conocimientos y alternativas junto con las comunidades a las que apoyan. Debemos ser receptives a los comentarios de la comunidad y responder a las necesidades de las personas que participan en nuestros procesos. Esto puede incluir, entre otras cosas, el uso de formatos y lenguaje de postulación transparentes y accesibles, proporcionar traducción y orientación a lo largo del proceso de postulación, minimizar la tecnología compleja, apoyar a quienes no tienen acceso a Internet, ofrecer una compensación económica por el tiempo de les participantes, etc. Nuestras estrategias deben ser creativas para crear continuamente las condiciones y el acceso para que las diversas comunidades no sólo formen parte de los procesos de toma de decisiones participativas de los donantes, sino que también sientan pertenencia, y que su experiencia y contribuciones sean reconocidas y valoradas.
La interseccionalidad como la base que
nos guía en los procesos de subvención participativa
Desde que adoptamos un modelo de subvención participativa, cada ciclo de subvención ha planteado nuevas preguntas y reflexiones para FRIDA sobre cómo son los procesos de toma de decisiones participativas significativas en cada uno de los contextos en los que financiamos1FRIDA es responsable de revisar los sistemas y la estructura detrás del proceso participativo y de aprender con y de les jóvenes organizadoras feministas en el Comité Asesor de FRIDA, las colectivas coparte, les postulantes en cada ciclo y la producción de conocimiento feminista más amplio sobre los sistemas de opresión entrelazados en cada contexto . Para que la concesión de subvenciones participativas sea eficaz a la hora de llegar a las diversas comunidades, la toma de decisiones debe construirse utilizando una perspectiva interseccional que desvele los sistemas de opresión interconectados y sus múltiples manifestaciones. Los enfoques interseccionales revelan las incoherencias de nuestro modelo y arrojan luz sobre quiénes faltan en nuestro proceso de concesión de subvenciones y qué debemos cambiar en nuestro enfoque. Mantenemos un compromiso permanente de construir dentro de nuestros procesos participativos un espacio valiente para abordar las complejidades y comprender cómo los múltiples sistemas de opresión pueden oscurecer las dinámicas de poder y privilegio, limitar la visibilidad y el acceso, y acumular prejuicios, exclusión y discriminación hacia una comunidad mientras se beneficia a otra. Como fondo feminista, debemos ser transparentes en cuanto a los principios y valores de nuestro trabajo que son coherentes y no negociables.
Nos esforzamos por posicionarnos políticamente contra los sistemas de opresión interconectados. Como financiadores, tenemos que ser conscientes del poder que tenemos para reproducir prácticas perjudiciales simplemente eligiendo no rendir cuentas o pasándolas por alto cuando nuestros sistemas y prácticas internas no están alineadas con nuestros valores. Al aplicar una lente crítica e interseccional en todo nuestro trabajo, ampliamos nuestro conocimiento y capacidad para facilitar múltiples dinámicas de poder y reimaginar la forma de involucrar a nuestra comunidad de manera que se centre en el cuidado, la confianza y los vínculos sostenibles.
Practicando la solidaridad y
la responsabilidad feminista
La concesión de subvenciones participativas no debe practicarse como una forma de eliminar la responsabilidad de los donantes sobre la distribución de los recursos y de hacer recaer esa responsabilidad en los movimientos a los que apoyan. Los donantes siguen siendo responsables de cómo diseñan y facilitan sus procesos de subvención participativa, de cómo deciden involucrar a las comunidades a las que sirven y de dónde establecen los límites de la comodidad en el reparto de poder. Como donantes participativos, tenemos que comprometernos a practicar la responsabilidad activa y la transparencia sobre nuestro proceso hacia el movimiento que apoyamos.
Históricamente, como parte del complejo industrial sin ánimo de lucro, los donantes han impuesto muchos requisitos de responsabilidad a los recursos dirigidos a los movimientos de justicia social, mientras que el poder sobre los recursos les permitía seguir sin rendir cuentas. Esta dinámica de poder desigual se ha impuesto a través de las abrumadoras solicitudes de informes que desvían a las colectivas coparte de compartir su trabajo entre sí y con otros movimientos más amplios como parte de la responsabilidad colectiva y de la creación e intercambio de conocimientos.
La distribución desigual de los recursos y las prácticas de financiación en las distintas zonas geográficas han reducido la capacidad de los movimientos de rendir cuentas entre sí, han aumentado la competencia por los recursos, han limitado la interdependencia y han reducido la capacidad de les organizadores de crear redes de solidaridad sostenibles. Por otro lado, los procesos participativos de concesión de subvenciones tienen el potencial de cambiar esta práctica y cultivar la responsabilidad y las relaciones de reciprocidad y colaboración, lo que implica una mayor transparencia y toma de decisiones sobre los recursos dentro de los espacios del movimiento. FRIDA se dedica a facilitar procesos participativos de concesión de subvenciones que fomentan la conexión, el intercambio y la responsabilidad mutua entre las jóvenes organizadoras feministas que forman parte de ella. FRIDA también rinde cuentas a los movimientos feministas jóvenes manteniendo sus procesos clave abiertos a la participación de les jóvenes feministas, practicando la transparencia en nuestra financiación, gobernanza, finanzas y movilización de recursos, así como informando a los movimientos sobre cómo incorporamos los comentarios y aprendizajes.
La confianza como resultado,
no como suposición
En consonancia con nuestros valores, FRIDA practica la transparencia en cada etapa del proceso de concesión de subvenciones, incluyendo el intercambio de datos y aprendizajes con les jóvenes activistas feministas que participan. Además, tenemos que ser transparentes sobre la información que no podemos compartir para proteger la confidencialidad y la seguridad de les activistas a les que apoyamos, sobre todo en función de su contexto regional y cultural. Sin embargo, los procesos transparentes de concesión de subvenciones, que encierran muchas complejidades de confidencialidad y responsabilidad, no son fáciles de aplicar. Se requiere la construcción activa de la confianza entre el donante y la comunidad a la que sirve.
Incluso si creemos que nuestros procesos están alineados con nuestros valores, como donantes no debemos esperar que les organizadores se presenten con una confianza radical en los procesos participativos facilitados por nosotres. Los sistemas de opresión entrelazados afectan profundamente a nuestras vidas, comunidades y relaciones, y muchos colectivos feministas jóvenes se presentan con la expectativa de que la opresión sistémica también aparezca en los procesos de concesión de subvenciones de FRIDA. La expectativa de que la confianza sea implícita en lugar de algo que debe alimentarse y formarse mutuamente también está relacionada con la dinámica de poder en las relaciones entre donantes y beneficiarios. Como donantes, sólo podemos ampliar la confianza demostrando nuestra responsabilidad a través de la acción y la práctica diaria. Debemos ser vulnerables y transparentes a la hora de informar a los movimientos sobre nuestro trabajo y los retos a los que nos enfrentamos, también debemos respetar el tiempo y el esfuerzo que se necesitan para construir la confianza y, en muchos casos, para restaurarla. Si practicamos la transparencia y la responsabilidad hacia los movimientos que apoyamos, permitimos un intercambio más equitativo. El desarrollo de la confianza es un proceso a largo plazo, que nos invita a experimentar nuevas posibilidades y estrategias de financiación en las que co-creamos y remodelamos soluciones junto con los movimientos que apoyamos.
FRIDA se compromete a establecer relaciones cercanas y basadas en la confianza con los colectivos de jóvenes feministas, y a celebrar nuestros éxitos y abordar nuestros retos con transparencia. Una relación basada en la confianza mutua nos permite compartir nuestros desafíos y luchas internas como donantes y como colectivas coparte, confiando en que nos encontraremos con compasión, atención y apoyo. Y así también en que alimentaremos relaciones de respeto y reciprocidad que estén arraigadas en una verdadera alianza. Por ejemplo, muchas colectivas coparte se han sentido seguras al abordar de forma transparente los retos de su organización directamente con FRIDA, sabiendo que seguirán recibiendo apoyo y que su financiación no sería cuestionada.
La participación significativa refuerza
la conexión dentro del movimiento
En el proceso participativo de concesión de subvenciones de FRIDA, los colectivos de jóvenes feministas leen y aprenden sobre el trabajo de les demás y se apoyan mutuamente. El proceso participativo de concesión de subvenciones de FRIDA crea un espacio de movimiento entre pares en el que los colectivos feministas jóvenes pueden experimentar un sentido de agencia colectiva al informar y dirigir las prioridades de financiación en su contexto, y al construir relaciones de mutualidad y responsabilidad compartida entre elles. Los colectivos de jóvenes feministas tienen la oportunidad de aprender de las realidades y estrategias de les demás y de basarse en sus visiones de organización hacia la libertad y la justicia. A través de este proceso, los colectivos feministas jóvenes pueden conectarse con diversas soluciones y enfoques del movimiento feminista y profundizar su conocimiento sobre realidades diferentes a las suyas. Un proceso exitoso de concesión de subvenciones participativas para FRIDA permitiría que una gran cantidad de vías, estrategias y enfoques feministas transformadores estuvieran en conversación e inspiración mutua.
Si se fomentan las conexiones y el intercambio adecuados, un proceso de subvención participativa puede generar un espacio para que los colectivos feministas jóvenes se reconozcan como parte de movimientos feministas vibrantes y expansivos en los que cada grupo, iniciativa y acción contribuya a los demás y amplíe el poder colectivo. Un proceso de concesión de subvenciones participativo y significativo permite a los colectivos estar en relación con el resultado de su participación y ser testigos no sólo de los resultados directos de su toma de decisiones, sino también de cómo esta ética y práctica podrían traducirse en una alianza del movimiento feminista. La construcción del movimiento y el intercambio que el proceso de toma de decisiones participativo de FRIDA pretende apoyar tienen el potencial de expandirse más allá del proceso de concesión de subvenciones de FRIDA, es decir, que pueda convertirse en prácticas encarnadas que los colectivos feministas jóvenes lleven a sus propias comunidades.
Manteniendo el espacio para las
complejidades de la conexión
Aunque nos esforzamos por crear procesos participativos de concesión de subvenciones que fomenten las conexiones de afirmación y mejoren la colaboración, reconocemos que esto no significa que estén libres de desconexión, competencia y fricción. Las conexiones significativas y la desconexión pueden darse simultáneamente y de forma intercambiable. En el mismo espacio del movimiento pueden coexistir diversas perspectivas y estrategias sobre cómo llegar a qué visión colectiva del futuro. Los movimientos por la justicia no son homogéneos en su organización, y las personas llegan a ellos con diferentes experiencias vividas y antecedentes. Los sistemas de opresión están profundamente presentes en nuestras vidas y pueden afectarnos de manera similar o única, lo que puede manifestarse en nuestras colaboraciones, visiones y estrategias. Estas complejidades y contradicciones están presentes en cualquier proceso participativo de toma de decisiones y deben abordarse con cuidado. Como financiador participativo, FRIDA tiene la responsabilidad de comprometerse con las complejidades de nuestros procesos con un enfoque restaurativo que evite la perpetuación del daño, sin profundizar las fricciones. La lente interseccional aumenta nuestra capacidad de intervención creativa y nos permite mantener el espacio para el conflicto generativo al ayudarnos a entender el origen del conflicto, hacia dónde quiere llevarnos y qué nos pide para crecer.
Un modelo de toma de decisiones participativo, accesible y transparente nos permite experimentar el poder de la interconexión, así como sus complejidades. Sin embargo, también proporciona herramientas de apoyo cuando la violencia y el abuso ocurren, y nos guía en el proceso de justicia restaurativa. Por lo tanto, tener una estructura detrás de cualquier proceso participativo de concesión de subvenciones permite a los donantes abordar las cuestiones difíciles con curiosidad sobre lo que hay que aprender y cómo integrar esos aprendizajes en el futuro.
Los procesos participativos son creados
por y para las comunidades a las que sirven
El proceso y los sistemas de concesión de subvenciones participativas de FRIDA son facilitados y co-desarrollados por jóvenes activistas feministas de las regiones de enfoque de FRIDA. Los movimientos feministas jóvenes tienen abundantes conocimientos, experiencia e ideas, y juntes podemos idear soluciones para un sistema de subvenciones participativas que sirva a estos movimientos y refleje los valores feministas. El liderazgo de les jóvenes feministas en el diseño del modelo de subvenciones participativas de FRIDA ha sido fundamental para abordar las diversas necesidades, realidades y perspectivas. Si un proceso participativo de toma de decisiones no involucra a las comunidades a las que sirve en su estrategia y diseño de sistemas, podría no identificar y abordar las necesidades, dinámicas y matices de las experiencias vividas por esas comunidades. Además, también puede perpetuar las mismas jerarquías de dominio y producción de conocimiento que han existido durante mucho tiempo dentro de la filantropía. Un proceso de toma de decisiones en el que participan jóvenes feministas debe construirse y facilitarse con su experiencia en el centro. Siguiendo este principio, las visiones y experiencias de les jóvenes feministas se integran en todas las estructuras organizativas de FRIDA, y las decisiones que se toman siempre se nutren de sus conocimientos y experiencias.
Aprendiendo en conjunto e informando a
los movimientos feministas jóvenes
El proceso participativo de concesión de subvenciones de FRIDA es un universo de aprendizaje y reflexión en constante expansión. Escuchamos y acogemos los comentarios de la comunidad como una bendición que fomenta nuevas formas de pensar y hace que nuestros procesos, sistemas y estrategias se acerquen a los movimientos feministas jóvenes que existen para apoyar. Vemos el impacto y el valor de los procesos que nos permiten aprender, reflexionar y cambiar continuamente nuestra práctica como fondo. FRIDA incorpora un espacio para la retroalimentación y el cambio en cada etapa del proceso, y aplica los aprendizajes en todas nuestras estrategias, incluyendo el abandono de prácticas que hemos superado. Después de cada ciclo, recogemos nuestros aprendizajes y evaluamos los principios con los que nuestro modelo participativo pretende alinearse. Revisamos los aspectos en los que el modelo debe cambiar, adaptarse y ampliarse. Los cambios en nuestros movimientos y en el contexto también pueden producirse de la noche a la mañana. Por lo tanto, debemos asegurarnos de que nuestros sistemas de concesión de subvenciones sean dinámicos, flexibles y estén preparados para adaptarse. FRIDA esta comprometida a ser audaz y curiosa en la exploración de diferentes modelos de participación del movimiento en nuestros procesos, así como a rendir cuentas a los movimientos feministas jóvenes a medida que cambiamos. Los datos que FRIDA recibe de las jóvenes organizadoras feministas de todo el mundo pertenecen a esos movimientos, y FRIDA se compromete a utilizar estos datos de manera responsable para nuestro aprendizaje colectivo sobre la mejor manera de apoyar la organización de jóvenes feministas. A continuación, compartimos esta sabiduría y conocimientos colectivos con los movimientos, informándoles de lo aprendido.
El proceso lleva el impacto
El proceso participativo de concesión de subvenciones de FRIDA existe para facilitar una distribución de recursos transparente, equitativa y diversa, impulsada por los movimientos feministas jóvenes, que adopta los principios y valores feministas y acerca a les organizadores entre sí. Los movimientos feministas se componen de relaciones individuales y colectivas que crean una base duradera para nuestro activismo. Nos esforzamos por encarnar las prácticas feministas que queremos ver desarrollarse en los futuros feministas. Si nuestro modelo de financiación está alineado con los valores de nuestra estrategia de financiación, los recursos que proporcionamos podrían desbloquear nuevas posibilidades y resultados. Junto con les jóvenes organizadores feministas, estamos practicando enfoques y estableciendo intenciones para lo que queremos ver replicado en el mundo. Conseguimos poner a prueba mecanismos alternativos en torno a los recursos y valores sobre los que esperamos construir nuestro futuro y aprender en tiempo real lo que debemos tener en cuenta en el camino.
Sistemas y prácticas sostenibles
Uno de los principios más importantes que guía nuestra forma de adaptar y explorar nuevas formas de practicar la concesión de subvenciones participativas es también la sostenibilidad de nuestro modelo. Acumulamos muchos conocimientos y experiencias que no son fáciles de documentar o compartir rápidamente, y eso afecta especialmente a la cantidad de estos conocimientos que se transfieren y aplican en cada ciclo cuando los miembros del personal que mantienen este proceso hacen la transición fuera de FRIDA. A menudo es un proceso largo y abrumador para que todo este conocimiento e historia se colectivice y se comparta de un miembro del personal a otro. Todas las piezas de información que sustentan este modelo son importantes para compartir y construir prácticas holísticas que sean fáciles de replicar en cada ciclo. FRIDA se compromete con un modelo participativo, curioso, en constante evolución y adaptable a las necesidades de la comunidad de jóvenes feministas. Este compromiso también implica que necesitamos evaluar y fortalecer nuestra capacidad interna para practicar los principios que sustentan nuestro modelo participativo. FRIDA trata de escuchar hacia dentro, prestando atención a las necesidades del movimiento, de manera que podamos remodelar nuestros sistemas internamente para sostener esta práctica a largo plazo.